La pared sucia: tu gran enemigo.

¿Vas a pintar una pared? Excelente idea, pero antes no te pierdas estos consejos que si o si tendrás que aplicar para que el resultado final de la pintura sea impecable.

Lo más importante a la hora de pintar una pared, es la preparación previa de la superficie. Sea cual sea tu pared tiene que estar limpia, seca y firme al momento en que aplicarás el recubrimiento. O sea que no tiene que tener polvillo, grasa ni hongos. ¿Qué hacer si tu superficie presenta suciedad y grasitud?

1º Lavala con agua, detergente neutro o desengrasante. Va a ser muy útil hacerlo con un cepillo o una esponja.

2º Enjuagá rápido y déjalo secar. Si limpiaste con desengrasante, asegurate de retirarlo todo.

3º Después de verificar que la pared esté libre de humedad y hongos.

4º Aplicá el fondo que corresponde antes de la pintura de terminación.

5º Deja secar.

6º ¡Listo! Ya podés aplicar el recubrimiento final.

Es importante que sigas los pasos al pie de la letra porque la pared sucia, significa que no podrás aplicar bien tu pintura y además desperdicias producto porque al tiempo perderá su consistencia y muy posiblemente tengas que volver a pintarlo. No dejes que la pared sucia se convierta en tu enemiga.

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